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El exaltador haciendo referencia a la fecha del día dijo: Hoy, 5 de noviembre, hace veinte años que se firmó el decreto por el que se erigió canónicamente como Hermandad la Sagrada Mortaja; hoy hace veintiún años que llegué a esta tierra con mi familia y hoy se cumplen cuarenta y un años de la beatificación de Sor Ángela; una fecha singular.
Cuando muere Sor Angela en 1932, era tanto el respeto y admiracion que el pueblo sentía por Sor Angela, que el ayuntamiento republicano de Sevilla se reúne en sesión extraordinaria para aprobar por unanimidad un único orden del día; rotular con el nombre de Sor Angela de la Cruz parte de la antigua calle Alcázares.
En los días de nuestra guerra civil, eran los mismos milicianos quienes acompañaban a las hermanas para que nadie se atreviera a tocarlas. Es más, contaban, que en el puente de Triana se paraba la guerra sólo para que ellas pasaran. La gente siempre sabe donde está el amor de verdad.La fuerza de “la humildad sin límites” como ella misma concebía su labor con los pobres, había roto las barreras de la falta de fe, o lo que es lo mismo, su obra era reconocida por todos. Qué gran lección de “no ser, no querer ser”.
Sevilla sin Sor Ángela de la Cruz no seria Sevilla; Algeciras tampoco, le faltaría luz en el alma, en el faro que la guía, la Madre mas cercana, le faltaría un puente hacia Dios, la oración en la noche, la alegría en la mañana, y, sobre todo, el enorme ejemplo del humilde servicio a los demás por amor a Dios, que a todos nos pone los pies en la tierra.
José Antonio finalizó su exaltación de la siguiente manera:
Sor Angela, la grandeza de un alma elegida, creció Madre por voluntad de Dios.
Sevilla, le debe el refugio de su amparo
el amor vertido en nuestras almas
el eterno ejemplo de sus manos
que vierten la paz que al corazón calma.
Ni el nardo, ni el jazmín, ni la azucena,
ni la brisa de la primavera
ni Sevilla hecha jardín
se acercan al olor de santidad
de la Madre más Santa y más buena.
Novedoso, ilustrativo y cargado de detalles de la vida de la Santa el que ofreció Ramírez Díaz. Al finalizar el pregonero su disertación, fue muy aplaudido por el numeroso público asistente al acto. El Hermano Mayor de la Sagrada Mortaja José Ramirez, obsequió tanto al pregonero como a su presentador sendos recuerdos del acto.
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